SONDEO

Nos trasladamos al Centro de Salud de Boadilla del Monte, un municipio ubicado al oeste de la Comunidad de Madrid.

Doce trabajadores de la rama sanitaria como médicos, auxiliares técnicos sanitarios y enfermeras han sido partícipes de una encuesta para saber el grado de conocimiento que tienen ellos sobre la gripe española y si creen que la gripe A alcanzará las mismas magnitudes que la Gran pandemia. Los resultados de dicho sondeo son los siguientes:

El 100% de los encuestados reconoció conocer la epidemia de la gripe española y afirmaron que la pandemia no derivaba de las vacunas en mal estado. El 36 % sostienen que la gripe A y la gripe española no guardan relación frente al 64% que dicen que sí que hay relación entre ambas epidemias.

Todos mantienen que la mascarilla es útil y que las medidas de prevención que pueden tomarse para eludir los efectos son medidas de carácter higiénico como lavarse las manos, estornudar y toser en un pañuelo de papel, ventilar la habitación y medidas de aislamiento como evitar lugares masificados y el contacto directo con pacientes contagiados. El 83% afirmó que no existía tratamiento específico en 1918 y el 16,6% alegó que sólo se podrían haber tomado medidas de carácter higiénico. Mientras que sólo uno de los participantes alegó que la vacuna contra la gripe A no es efectiva.

En cuanto a si consideraban que la gripe A podría alcanzar el grado de pandemia el 66,6 % de los encuestados considera que sí podría ser similar a la gripe española frente al 16,6 % que afirma que no es posible que alcance tales magnitudes y otro 16,6% que reconoce que la gripe A ya ha alcanzado el grado de pandemia al encontrarse la enfermedad en una fase 6 según la OMS.





INICIOS


Un nombre injusto para una enfermedad que se extendió tras la Primera Guerra Mundial. Fue toda una "pesadilla" para las autoridades sanitarias, hasta el punto de convertirse, no solo  en  la peor epidemia de la historia de España, sino de muchos países del
mundo.  La epidemia solo necesitó cuatro meses para extender el virus asesino microscópico por todo el mundo causando millones de muertes. Aún hoy las cifras no son muy exactas, pero  en la Organización Mundial de la Salud calculan que fueron  entre 50 y 100 millones de muertos .


Lo que la gente suele desconocer es que la conocida como " gripe española" fue consecuencia de una campaña de vacunación masiva  iniciada en  el Ejército de los Estados Unidos, con dosis en mal estado.  Al principio solo se vacunaban contra la gripe los soldados que estaban de servicio, pero al acabar la Guerra Mundial antes de lo que habían previsto, las farmacéuticas se encontraron con grandes cantidades de dosis en sus almacenes, por lo que promovieron una  intensiva campaña de vacunación a nivel mundial. Para entonces, los propios soldados norteamericanos que, a pesar de estar vacunados, habían desarrollado en sus cuerpos el virus maligno extendiéndolo por todos los campos de batalla europeos.
 Tal fue las consecuencias iniciales del mal estado de las vacunas, que la tasa de mortalidad entre los soldados vacunados fue cuatro veces superior frente a los civiles no vacunados.

Uno de los primeros casos conocidos ocurrió el 11 de marzo de 1918, en la base militar  de Fort Riley, en el Estado norteamericano de Kansas. Las condiciones de hacinamiento y la falta de higiene crearon un caldo de cultivo fértil para el virus. En una semana habían ingresado al hospital del campo 522 hombres aquejados de la misma "influenza" (virus) grave. Poco después, el Ejército informó de otros brotes similares en Virginia, Carolina del Sur, Georgia, Florida, Alabama y California. Los buques de la Marina, anclados en los puertos de la costa Este, también notificaron brotes de influenza y neumonía graves entre sus hombres.

La gripe parecía atacar a los militares y no a los civiles; debido a eso, el virus quedó en gran parte en segundo término ante hechos más candentes que estaban de actualidad en Estados Unidos, como la Ley Seca, el movimiento de las sufragistas o las sangrientas batallas  desarrolladas  en Europa.


LEYENDA DE UNA GRAN MENTIRA


"La gripe española" no tuvo su origen en España, como cabría suponer por el nombre con el que es conocida aquella epidemia de 1918. Algunos investigadores señalan a China como  el país en el que se inició la epidemia, pero  lo cierto es que la mayoría de estudios  coinciden en señalar a Estados Unidos como  el país originario del primer virus AH1N1.



 En el libro Vacunación, el asesino siencioso”, su autor E. Mc Bean, señala  que  fueron los   médicos norteamericanos  los que ocultaron el origen de la enfermedad para tapar su propia intervención en la campaña de vacunación llevada a cabo y la llamaron "gripe española" desviando así la atención sobre el mortal virus.
























España era un lugar lejano y algunos de los soldados habían estado allí, así que la idea de llamarlo “española” parecía una buena forma de cargar la culpa sobre otros. "Los españoles -añade E. Mc Bean-no nos perdonaron que le diéramos a la enfermedad un nombre que les señalaba a ellos, porque sabían muy bien que la gripe no se había originado en su país"

Sin embargo, otros especialistas consideran que el nombre de "gripe española" surgió por la fuerte censura que existía en los países implicados en la Primera Guerra Mundial, por lo que a pesar del avance de la enfermedad en ellos apenas si existían referencias sobre la misma evitando la desmoralización entre las tropas combatientes. Esto hizo que debido a la neutralidad española en la gran contienda, el país se convirtiera en el único que informaba sistemáticamente del gran daño del virus y su expansión. El rotativo catalán La Vanguardia, por ejemplo, dedicaba sus primeras páginas a las esquelas y creó una sección llamadada "la epidemia reinante".

La situación era tal que las únicas noticias que tenía el resto del mundo sobre la expansión de la gripe provenían de la prensa española, lo que hizo que comenzara a conocerse la enfermedad como "gripe española". No fue por tanto el origen del virus sino la falta de censura lo que en definitiva le dio el nombre de la mayor epidemia del siglo XX. Así pues, cualquiera de las dos versiones descartan a España como el país originario del virus.



VIRUS MORTAL


 Para responder a los interrogantes del porqué "la gripe española" fue tan mortal, la revista norteamericana Proceedings of the National Academy of Sciences, publicó  recientemente los resultados de un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Wisconsin. Los responsables de la investigación, Hideo Goto y Yoshihiro Kawaoka, lograron proporcionar un instrumento para entender cómo virus comunes pueden convertirse en mortales agentes patógenos.



Según estos investigadores, el virus de la H1N1 (el de la "gripe española") es capaz de provocar una infección sistémica ya que puede infectar además del sistema respiratorio a los tejidos de otros órganos. El virus está vinculado a una enzima que hace que el microorganismo rompa una proteína llamada hemaglutina y que se sitúa en la superficie de una célula. Lo que hace la enzima es introducirse en la proteína para reproducirse. La H significa Hemaglutinina y la N Neuraminidaza.

La hemaglutinina (HA) es una proteína que se sitúa en la capa más externa del virus, la envoltura del vírus. Ella reconoce un azúcar de nuestra membrana celular, el ácido siálico, y es la responsable por el reconocimiento y unión del virus a nuestras células del sistema respiratorio. Su nombre viene de esta capacidad de reconocer y unirse a las células y aglutinar hematíes (los glóbulos rojos de la sangre), una de las primeras pruebas desarrolladas para diagnosticar el virus.

El virus es envuelto por la membrana celular y llevado dentro de una vesícula. La célula intenta digerir el contenido de la vesícula disminuyendo el pH dentro de la vesícula, pero esto induce un cambio en el formato de la hemaglutinina. Con esto la hemaglutinina se tuerce y acerca la membrana de la envoltura del virus, fundiendo ambas y liberando el virus de la vesícula.

Según la OMS, la neuraminidasa es necesaria para remover el ácido de la célula y permitir que el virus recién sintetizado consiga brotar para invadir la próxima célula. Por esto, ella también se ubica en la envoltura del virus, y es la segunda proteína más común, después de la hemaglutinina. También es clasificada de acuerdo con su variedad, y son conocidas 9, siendo que N1 y N2 son las más frecuentes en humanos.



La novedad de la investigación de Goto y Kawaoka es el descubrimiento de la enzima en tejidos de órganos que no pertenecían al aparato respiratorio, por eso, esta gripe resultó ser tan mortal.

(Fotografía de Kawaoka)

Hay casos en los que una variación mínima del virus hace que el microorganismo rompa la hemaglutina y esto hace mella en las células de otros órganos.  De hecho, en 1918 la mutación del virus de la gripe porcina y otro humano se combinaron en la creación de las vacunas; esta recombinación genética dio lugar al  virus H1N1.

ASI MATA LA GRIPE ESPAÑOLA


La gran epidemia del siglo XX ha mantenido muchos interrogantes durante años. En 2005, ante la falta de muestras de tejidos de pacientes infectados en 1918 por la gripe española, los científicos del Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá exhumaron el cadáver de una víctima de la epidemia. El cadáver se había preservado en perfecto estado al encontrarse enterrado en un terreno congelado de Alaska. Gracias a este cuerpo pudieron obtener el material genético necesario para recomponer la estructura del virus H1N1.


No solo reconstruyeron el virus, sino que se lo infiltraron a un grupo de monos que mostraron los primeros síntomas de la enfermedad tras veinticuatro horas de exposición al virus. Los pulmones de los monos infectados se destruyeron en pocos días. Los investigadores se vieron obligados a sacrificar a estos animales ya que si no lo hubiesen hecho los monos se habrían ahogado, literalmente, en su propia sangre, como ocurríó con tantos soldados en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, se comprobó que no era el virus el que causaba el daño a los pulmones, sino que sucedía por la respuesta del sistema inmunológico a la infección, que es la que verdaderamente daña estos órganos vitales. La gripe española, activa una respuesta continuada y fuera de control, capaz de causar hemorragias y graves problemas respiratorios.




LOS SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD


El hecho de que la gripe afecte al sistema respiratorio,  puede hacernos creer inicialmente que estamos ante un simple resfriado.  Sin embargo, los síntomas se irán extendiendo produciéndonos dolores de garganta, debilidad, dolores musculares , dolor estomacal (mialgias), articulares (artralgias), y de cabeza (cefalea), con tos (que generalmente es seca y sin mucosidad) y malestar general.

Además, en  los casos  más graves,  los síntomas descritos pueden complicarse con pulmonía (neumonía) y eso podría terminar en muertes, haciendo espacialmente vulnerables a niños y ancianos.
 Aunque pueda confundirse en sus primeros síntomas  con el resfriado (catarro) común, la "gripe española" es una enfermedad mucho más grave y está causada por un tipo diferente de virus.


En 1918, según el reputado patólogo de la época William Henry Welch,  el conjunto de síntomas no guardaba relación con ninguna enfermedad conocida hasta el momento. Afirmó que “debería ser alguna nueva clase de infección o plaga”.  Lo cierto es que no se trataba de una plaga sino de una  variante de la gripe.



Como aún no se habían descubierto los antibióticos, la mayoría  de la gente que murió durante la pandemia lo hizo por neumonía causada por bacterias oportunistas que infectaron a quienes la gripe había ya debilitado. Sin embargo, una  gran parte de los afectados por la epidemia murieron apenas unos días después de que se les manifestaran los  primeros síntomas de la enfermedad, victimas de una neumonía vírica mas grave, originada por la misma gripe, que dejo sus pulmones completamente encharcados de sangre o liquido.


Además, la mayoría de los fallecidos eran adultos jóvenes de entre 15 y 35 años, un grupo poblacional que rara vez muere de gripe. Llama la atención que los menores de 65 años representaron mas del 99 por ciento de todas las muertes por gripe supernumerarias (las que se encuentran por encima de la tasa anual normal), entre 1918 y 1919.

Un equipo de investigadores de distintos centros de EE.UU ha llevado a cabo un estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista Natura. Para la investigación se ha seleccionado un grupo de treinta y dos participantes que sobrevivieron a la gripe española, estas personas tenían entre dos y doce años en 1918 y pertenecían a familias en las que había enfermado algún miembro, por lo tanto, estuvieron expuestos de manera directa a la gripe.

Los científicos descubrieron que  las células encargadas de la inmunidad de la persona siguen produciendo anticuerpos que identifican a la letal cepa de la gripe de 1918. James Crowe, del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad Vanderbilt de Tennessee (EEUU) y uno de los autores del experimento afirma que la conclusión de este estudio es que los anticuerpos originados para determinadas infecciones, como la 'gripe española', siguen siendo eficaces incluso 90 ó 100 años después de la exposición al agente para el que se produjeron.

Esto mismo sucede hoy en día con las personas que estuvieron expuestas a la epidemia que tuvo lugar en 1957 que tienen anticuerpos que los inmunizan contra la nueva gripe A.





LA GRIPE A, ¿LA NUEVA GRIPE ESPAÑOLA?


Noventa años después de que la pandemia provocada por la llamada gripe española se cobrase casi cien millones de vidas humanas reaparece el virus H1N1 con una nueva patología infecciosa, la denominada gripe A.

Los historiadores han contabilizado unas 30 epidemias y pandemias de gripe en la Edad Moderna, diagnosticadas como "catarrhus epidemicus", "toses epidémicas", "epidemia de catarros" o términos similares hasta que, a mediados del siglo XVIII, se empiezan a utilizar los términos "gripe" e "influenza".

Todos los invernos aparecen gripes que se diferencian de las epidemias porque son menos mortíferas. Estas pandemias acontecen en ciclos más largos que oscilan entre los 11 y los 25 años. Estos ciclos dependen de muchas variables incluso astronómicas, los expertos predijeron que la próxima epidemia tendría lugar entre el 2008 y el 2013.




Reportes de gripe A (H1N1) por territorio nacional:
(Negro: muertes confirmadas)
(Rojo: casos confirmados)
(Amarillo: casos sospechosos)



El primer caso de gripe A conocido es el de Édgar Hernández, un niño de cuatro años que se recuperó de la enfermedad. El pequeño vive con su familia en el pueblo de La Gloria, de 3.000 habitantes y perteneciente al estado de Veracruz, en el Caribe mexicano, donde se cree que el brote de gripe porcina comenzó el 2 de abril, informan los medios locales. Desde entonces la enfermedad ha ido extendiéndose a lo largo de todo el mundo, aunque esta gripe no es tan agresiva como la gripe española ya se ha cobrado ya 7.826 vidas, según datos de la OMS. Mientras que solo en el mes de octubre de 1918 la gripe española se llevó mas de 300 mil vidas en Estados Unidos.

La gripe española también fue una gripe basada en el virus infuenza H1N1 al igual que la gripe A de ahí deriva el temor de la sociedad actual a que la gripe A se convierta en pandemia, de momento los medicamentos que se están utilizando hace que el número de víctimas sea similar al que provoca una gripe estacional.

Además, los avances científicos han logrado medicamentos que frenan el desarrollo de la enfermedad, es el caso de los antivirales zanamivir (Relenza, de GlaxoSmithKline) y oseltamivir (Tamiflu, de Roche). El osetamivir, tiene muchos detractores debido a los negativos efectos secundarios que suele provocar. También se ha avanzado en el estudio farmacológico y la creación de vacunas que son más efectivas que las que pudiesen existir en 1918. El único miedo que puede haber es que el virus de la gripe A mute (como ha sucedido en Noruega) y se convierta en un virus mortífero, de momento esto no ha ocurrido y la ciencia seguirá preparándose para evitar la pandemia.