LOS SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD


El hecho de que la gripe afecte al sistema respiratorio,  puede hacernos creer inicialmente que estamos ante un simple resfriado.  Sin embargo, los síntomas se irán extendiendo produciéndonos dolores de garganta, debilidad, dolores musculares , dolor estomacal (mialgias), articulares (artralgias), y de cabeza (cefalea), con tos (que generalmente es seca y sin mucosidad) y malestar general.

Además, en  los casos  más graves,  los síntomas descritos pueden complicarse con pulmonía (neumonía) y eso podría terminar en muertes, haciendo espacialmente vulnerables a niños y ancianos.
 Aunque pueda confundirse en sus primeros síntomas  con el resfriado (catarro) común, la "gripe española" es una enfermedad mucho más grave y está causada por un tipo diferente de virus.


En 1918, según el reputado patólogo de la época William Henry Welch,  el conjunto de síntomas no guardaba relación con ninguna enfermedad conocida hasta el momento. Afirmó que “debería ser alguna nueva clase de infección o plaga”.  Lo cierto es que no se trataba de una plaga sino de una  variante de la gripe.



Como aún no se habían descubierto los antibióticos, la mayoría  de la gente que murió durante la pandemia lo hizo por neumonía causada por bacterias oportunistas que infectaron a quienes la gripe había ya debilitado. Sin embargo, una  gran parte de los afectados por la epidemia murieron apenas unos días después de que se les manifestaran los  primeros síntomas de la enfermedad, victimas de una neumonía vírica mas grave, originada por la misma gripe, que dejo sus pulmones completamente encharcados de sangre o liquido.


Además, la mayoría de los fallecidos eran adultos jóvenes de entre 15 y 35 años, un grupo poblacional que rara vez muere de gripe. Llama la atención que los menores de 65 años representaron mas del 99 por ciento de todas las muertes por gripe supernumerarias (las que se encuentran por encima de la tasa anual normal), entre 1918 y 1919.

Un equipo de investigadores de distintos centros de EE.UU ha llevado a cabo un estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista Natura. Para la investigación se ha seleccionado un grupo de treinta y dos participantes que sobrevivieron a la gripe española, estas personas tenían entre dos y doce años en 1918 y pertenecían a familias en las que había enfermado algún miembro, por lo tanto, estuvieron expuestos de manera directa a la gripe.

Los científicos descubrieron que  las células encargadas de la inmunidad de la persona siguen produciendo anticuerpos que identifican a la letal cepa de la gripe de 1918. James Crowe, del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad Vanderbilt de Tennessee (EEUU) y uno de los autores del experimento afirma que la conclusión de este estudio es que los anticuerpos originados para determinadas infecciones, como la 'gripe española', siguen siendo eficaces incluso 90 ó 100 años después de la exposición al agente para el que se produjeron.

Esto mismo sucede hoy en día con las personas que estuvieron expuestas a la epidemia que tuvo lugar en 1957 que tienen anticuerpos que los inmunizan contra la nueva gripe A.





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